El Museo Escolar de Pusol es una de las menciones más sorprendentes en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. La aldea, con unos 350 habitantes, es una de las más de veinte comunidades pequeñas que están bajo la administración de Elche. En la tranquila zona agrícola que rodea la gran ciudad, la escuela local de Pusol dio sus primeros pasos en 1969 con un simple proyecto escolar que, exactamente cuarenta años después, resultó en la tercera mención de Elche en la prestigiosa lista de la UNESCO.
Avancemos al presente. El museo ha estado ubicado durante mucho tiempo en una instalación mucho más grande y cuenta con una asombrosa colección de 90.000 objetos. Durante un recorrido por el museo, se pueden ver no solo esos objetos antiguos, sino también reconstrucciones completas de antiguas viviendas de trabajadores y pruebas innumerables de antiguos oficios. Incluso se han recreado tiendas enteras de tiempos pasados con el mayor cuidado posible. En los talleres, se reviven oficios (casi) perdidos como el trenzado de esparto, el ensamblado de sillas y el trenzado de hojas de palma blanca. Incluso hay un horno de leña donde se preparan platos tradicionales.
Todo comenzó con un maestro que presentó el proyecto pedagógico "la escuela y su entorno" a los alumnos. En líneas generales, se trataba de enseñar a los estudiantes los oficios y tradiciones históricas de la región agrícola de Elche. El objetivo era crear material didáctico que proporcionara una visión de un modo de vida, pero que también alentara a preservar esta cultura tanto tangible como intangible. La idea era que los antiguos métodos estaban desapareciendo rápidamente debido a la mecanización de la agricultura, y los oficios tradicionales debían ceder ante trabajos menos intensivos en mano de obra.
En un momento en que la UNESCO se pregunta abiertamente si la Gran Barrera de Coral en Australia todavía merece un lugar en su lista de Patrimonio Mundial, dado que gran parte de sus coloridos corales han desaparecido debido al calentamiento de los océanos, es alentador que la pequeña escuela del pueblo de Pusol pueda seguir presumiendo de reconocimiento internacional por su labor.
Así, el museo es un clásico ejemplo de un proyecto escolar que afortunadamente se salió de control.