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El contraste entre Benidorm y el casco antiguo de Altea no puede ser mayor. Sin embargo, hay solo diez kilómetros entre el ajetreo y el bullicio de uno de los balnearios más populares de España y la tranquilidad y el ritmo lento de la antigua Altea. Lo que más llamó la atención al llegar para mí fueron definitivamente las dos grandes cúpulas azules de la iglesia, que parecen pegadas a la roca y brillan bajo el sol. La caminata hasta la parte vieja no fue fácil, pero una vez en la cima serás ampliamente recompensado por el esfuerzo. En el punto más alto, se puede apreciar realmente el esplendor de la iglesia de la 'Dama de Troost'. Y luego esas vistas desde la plaza cerca de la iglesia. Date la vuelta y el panorama te ofrece la famosa roca de Calpe, Benidorm, la naturaleza del parque nacional de Sierra Helada y la actividad debajo de la nueva Altea con su paseo marítimo y hermosas playas.
Pasé horas en la parte vieja con su laberinto de calles estrechas y empedradas. Casi todas las casas están inmaculadamente encaladas y no hay escasez de acogedores restaurantes y pequeñas tiendas. Muy encantador. Saludos desde una relajada Altea, Jolanda.
