Caravaca de la Cruz, a 77 kilómetros de la ciudad de Murcia, juega un papel destacado en el mundo católico. El Vaticano reconoce a Caravaca como una de las cinco ciudades santas. Está en buena compañía con otros lugares de peregrinación como Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela.
El motivo de este estatus se encuentra en la raíz de la curiosa fiesta de los 'Corriendo con los Caballos de la Vid', que se celebra anualmente en mayo. El núcleo de la fiesta es simple. Sesenta caballos con jarras de vino y vestidos con mantos bordados y adornados corren colina arriba hacia la ciudad. La intención es completar la ruta lo más rápido posible. La carrera no está exenta de peligros para los espectadores, ya que a veces los caballos y sus cuidadores pasan cerca de la multitud reunida. Los caballos más rápidos y los más bellamente decorados recibirán un premio.
Pero, ¿cuál es el origen de esta espectacular y apasionante celebración? Esto se remonta a la historia de la "Cruz Verdadera". Cuenta la leyenda que Caravaca posee un trozo de madera que perteneció a la cruz en la que murió Jesús. Una reliquia que dio protección a la ciudad desde el siglo XIII y más tarde el estatus de Ciudad Santa. Durante el asedio de Caravaca por parte de los moros, los musulmanes envenenaron el suministro de agua. Muchos residentes murieron de sed o por beber agua envenenada.
Los valientes caballeros templarios, una orden militar aliada del Papa, sin embargo, tenían un plan atrevido. Corrieron colina arriba con caballos y cántaros de vino para ayudar a la población sedienta. El plan funcionó. Sin embargo, el vino no solo ayudó a calmar la sed. Remojar la pieza sagrada de madera en vino curó milagrosamente a los enfermos y heridos.
Las celebraciones de hoy son, de hecho, recreaciones de los acontecimientos históricos de antaño. La fiesta forma parte de las actividades de cinco días en torno a Moros y Cristianos. Si bien los coloridos desfiles de esas facciones beligerantes en otros pueblos y ciudades son la apoteosis de las festividades, en Caravaca juegan un modesto papel secundario. En la Ciudad Santa, 'Running with the Vine Horses' toma la delantera.