El mejor punto de partida para una buena introducción a la rica historia de Cartagena es una visita al Castillo de la Concepción, que se encuentra en la colina del mismo nombre. Existen dos motivos principales para esto. La primera es la hermosa vista panorámica de la ciudad portuaria. Con un poco de imaginación, se pueden reconocer muy rápidamente las huellas de diferentes períodos de los más de 2.000 años de historia de Cartagena en el paisaje urbano actual. La evidencia es innegable. Esta vista del pasado ofrece al visitante una visión fugaz de la época en que los fenicios amarraron sus barcos en el puerto natural cientos de años antes de Cristo. Mire más a su alrededor para ver calles, edificios y ruinas donde una vez marcharon los soldados romanos. Y la evidencia de la era de los gobernantes moros, la revolución industrial, la floreciente industria minera y la actual importancia marítima de la ciudad aún son claramente visibles en los buques de guerra en el puerto.
Pero, por supuesto, obtenemos una visión interesante, pero también superficial, de su historia mientras contemplamos la ciudad. Lo que nos lleva a la segunda buena razón para una visita. En el interior del castillo, los visitantes pueden adentrarse mucho más en lo que hizo de Cartagena una ciudad tan importante a lo largo de los siglos. Hay espacios donde maquetas y presentaciones audiovisuales dan una idea de cómo diferentes civilizaciones han dejado su huella en Cartagena desde el 229 a. C. También hay salas medievales con exposiciones de objetos, que cuentan la historia de la ciudad desde el siglo XVII.
En este punto, sería bueno afirmar que una tercera razón para visitar es el antiguo castillo en sí. Desafortunadamente, ese no es realmente el caso. Durante la transformación de un templo romano a una fortaleza árabe y, finalmente, a un castillo medieval, gran parte de la identidad del castillo se ha perdido. Un largo período de deterioro y desinterés por la importancia del castillo lo ha llevado posteriormente a ser una sombra de lo que alguna vez debió haber sido.
Aún así, podemos dar una buena razón para una visita. Durante la Guerra Civil española, el castillo fue donde sonaron las sirenas en caso de un bombardeo. Esa fue la señal para que la población se refugiara. Esto sucedió en una red de túneles y espacios en la colina sobre la que se encuentra el castillo. Estos refugios antiaéreos con capacidad para más de 5.000 personas ahora están equipados como museo. La historia sobre el origen del extenso escondite y cómo era la vida en ese momento se aclara a partir de varios temas.
A través del museo puede tomar el ascensor hasta el castillo. Esta es una manera fácil y al mismo tiempo simbólica de conectar la historia más reciente y centenaria de Cartagena.