El pequeño pueblo de montaña de Guadalest, en el interior de Benidorm, parece a primera vista como si acabara de surgir de las rocas. Parece extraño desde la distancia. Y eso es todo. En cualquier caso, por extraño que parezca, este 'grano' de 16 km² es el pueblo más visitado de España.
Ya empieza por la extraña forma en que hay que llegar a Guadalest. Medio escondido detrás y en una montaña, después de una subida, espera una estrecha abertura excavada en la roca, de solo unos metros de ancho. Una vez atravesado este Portal de San José, el pueblo se revela con sus pequeñas casas de pueblo encaladas, que parecen congeladas en el pasado. Muchos de los edificios se utilizan ahora como tiendas de souvenirs o talleres para artesanos. Pero en una casa, el estilo de vida medieval se ha restaurado con amor y el visitante puede sentir realmente cómo era la vida cotidiana de la gente en el Guadalest de antaño.
Un paseo por los adoquines te lleva por pequeñas plazas y calles hasta una antigua prisión y una multitud de mini museos, varios de los cuales se encuentran en casas cueva, que han sido 'arrancadas' de las rocas. Los museos destacan tanto una afición que se salió de control (20.000 juegos de sal y pimienta de todo el mundo) como el macabare (un museo con una colección de instrumentos de tortura).
Sin embargo, el orgullo de los aproximadamente 250 residentes permanentes es sin duda el gran castillo, que fue construido por ocupantes moros en el siglo XI. Sólo en 1609 la resistencia armada condujo a la expulsión de los gobernantes. El castillo es un testimonio impresionante de la turbulenta historia de Guadalest. Aunque pequeña, la antigua torre del reloj Peñón de la Alcalá también es un espectáculo importante. Cualquiera que la vea tendrá dificultades para reprimir la sensación de que la torre acaba de asentarse en la ladera de la montaña. Y no, no hay nada de malo en sus ojos si el edificio parece estar luchando por mantener el equilibrio.
Una agradable sorpresa final es la vista desde lo alto de un hermoso valle con un depósito de agua de cuento de hadas.